Como hacer pollo al ajillo jugoso

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Imagina que estás planeando una cena especial para tus amigos y quieres impresionarles con un plato delicioso y lleno de sabor. Has oído hablar del famoso «pollo al ajillo» y te preguntas cómo lograr esa textura jugosa y ese sabor característico que lo hace tan irresistible. Quizás ya has intentado hacer esta receta antes, pero el pollo terminó demasiado seco o sin el sabor que esperabas. No te preocupes, te traemos la guía definitiva para que tu pollo al ajillo sea jugoso y sabroso en cada bocado.

Para hacer pollo al ajillo jugoso, es esencial marinar el pollo en ajo y aceite de oliva antes de cocinarlo y asegurarte de no sobrecocinarlo.

Para preparar un pollo al ajillo jugoso, comienza eligiendo piezas de pollo con piel, ya que la piel ayudará a mantener la humedad. Marina el pollo en una mezcla de ajo picado, aceite de oliva, sal, pimienta y algunas hierbas como el romero o el tomillo durante al menos 30 minutos, preferiblemente unas horas o toda la noche. Esto permitirá que los sabores se absorban adecuadamente y que el pollo se mantenga tierno durante la cocción.

En una sartén grande, calienta un poco de aceite de oliva y añade el pollo, dorándolo a fuego medio-alto primero por el lado de la piel hasta que esté crujiente. Esto sellará los jugos dentro. Luego, agrega más ajo y una guindilla si deseas un toque picante, y reduce el fuego a medio-bajo, cocinando lentamente el pollo en su propio jugo y añadiendo un poco de caldo de pollo o vino blanco para evitar que se seque.

Cocina el pollo a fuego bajo hasta que esté bien cocido, asegurándote de no sobrepasar la temperatura interna de 75°C. Al finalizar, deja reposar el pollo unos minutos antes de servir para que los jugos se redistribuyan. ¡Así tendrás un pollo al ajillo jugoso y lleno de sabor que sorprenderá a tus invitados!

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